jueves, 1 de abril de 2010

La Pasión en San Andrés Sajcabajá









En Noviembre del año 1992 crucé por primera vez "El Charco". Fui con la intención de pasar tres meses en El Salvador y al final por distintas circunstancias acabé viviendo siete meses en Guatemala. Yo por aquel entonces ya "era" fotógrafo. Me acuerdo que tenía hasta tarjetas con mi nombre en las que ponía: "Argazkilari-Fotógrafo". Hice varios reportajes y uno de ellos se publicó estando yo allí en el suplemento dominical de El Mundo (por cierto, mal pagado y no volví a ver las diapositivas originales), empecé mi historia con el mundo de las basuras (que creo que es la que marca lo mejor que he hecho fotográficamente) y aprendí de la vida en ese tiempo lo que no habría aprendido en Pamplona en siete años.

La Semana Santa del 93 me encontraba viviendo en mi habitación de la Zona 2 de Guatemala sin mucho que hacer y un amigo guatemalteco me dijo: Porqué no te vas a San Andrés Sajcabaja a sacar fotos de la Pasión, es muy original. Yo nunca he sido muy amigo de "Pasiones" excepto las carnales, ni de Guatemalas ni "Españas mágicas", pero como no había nada mejor que hacer, después de un tortuoso viaje me presente en San Andrés.

Aquello era la "Pasión" de los borrachos. No había hombre en la procesión, ni joven ni viejo, que no tendría una importante graduación de alcohol en la sangre. Aquello y el saber que era el único fotógrafo que estaba allí me choco un poco. No encontré ni una mísera pensión para pasar la noche y en el Quiché son muy frías. Me hice amigo del cabo de la policía que me dijo que no había problema, que dormiría calentito en el calabozo, pero el sargento se negó y la primera noche dormí en la iglesia, con el colchón que me hice amontonando hojas de pino. Logré dormir algo intentando no mirar los santos de tamaño natural que llenaban la iglesia. Su pelo también humano y largísimo hacía que el Cristo que estaba enfrente mía parecería más al cantante de los Iron Maiden, que a una figura religiosa. Mucho más canguelo hubiese sentido de saber, como supe a los años, que la iglesia donde estuve durmiendo fue convertida en un destacamento militar y centro de detención durante la represión que azotó el país en los 80 y que en ella torturaron, asesinaron y enterraron a los campesinos a los que acusaban de colaborar con la guerrilla.

Después de hacer fotos el segundo día, el cielo se me abrió al saber que a la noche había fiesta con una orquesta que salía al día siguiente para Santa Cruz. Si no, había que quedarse dos días más en la iglesia con los "Santos Heavys" y pasando frío. Compré una entrada para el baile y me dormí en una silla. Me desperté cuando un chico gordo empezó a tocarme a pantorrilla. ¡¡ Quieto!!, le dije y se levantó de la silla de al lado y se marchó. Después me enteré de que era "el hueco" del pueblo, osea el homosexual. Mal sitio para ser gay un pueblecito remoto del Quiché.

El reportaje lo publiqué diez años después en el suplemento del Diario gara "Zazpika". Las fotos no son gran cosa, tuve una procesión borracha entera solo para mi y no fui capaz de hacer un buen reportaje. La historia es mucho más buena y jugosa que las imágenes. Todo lo que viví no lo tengo en un negativo, pero lo tengo muy fresco en mi mente y eso me importa mucho más que la oportunidad que perdí, la magia y la experiencia sigue fresca en mi recuerdo. Por eso, aunque a veces como fotógrafo uno no dé la talla, me gusta este oficio.

5 comentarios:

el mejillon suicida. dijo...

¿Conociste al Chino, fotógrafo de Prensa Libre?

Saludos.

joseba zabalza dijo...

No, no lo conocí. Tuve más contacto con gente guatemalteca que se dedicaba al video.

Saludos.

Xavi Piera dijo...

Por las circunstancias que comentas, a mi, me parece un excelente reportaje.

Salut!!

joseba zabalza dijo...

Xavi, creo que eres un poco benévolo con las fotos, pero gracias de todas maneras.

Salud.

Anónimo dijo...

Fantastico reportaje!, eres una caja de sorpresas

AGUINAGA