miércoles, 8 de abril de 2020

En las fotos veo muertos







Espero no ser el único que cuando mira fotografías ve muertos. Siempre pienso que aquella mujer que le regalaba una sonrisa a la cámara, aquellos niños jugando, los trabajadores del algodón, los retratos de los jefes Indios y el mismo fotógrafo están todos muertos. Nos dejaron su huella del paso por esta dimensión y se esfumaron. Nosotros algún día también seremos fotos, imágenes sin nombre, tal vez. Algunos, los fotógrafos quizás las hacemos para no morir nunca, para que nuestro nombre esté ahí, como una ilusión de vida, de inmortalidad. Pero sí, también moriremos.
Y también se mueren ya las gentes de mis fotografías. Desde que realicé el trabajo "Gogoan Hartzeko Izenak", seis de las personas que aparecen en las fotos han fallecido. Miren Salegi, hermana de Mikel Salegi, asesinado en un control de la Guardia Civil; Ildefonso Salazar "Melli", miembro de la Izquerda Abertzale al que quisieron asesinar con un paquete bomba en Orereta, que explotó antes de tiempo y asesino al cartero Josean Cardosa; Karmelo Arregi, hermano de Susana Arregi, asesinada en la Foz de Lumbier; Juana Mari Santesteban iturri "Txana", prima de Pedro Jesús Etxeandi Iturri, asesinado por la Guardia Civil en un control fantasma; Pilar Otxoa de Azpuru, madre de Koldo López de Gereño, asesinado en una emboscada en el monte y para finalizar Celes Álvarez Martinez, la querida Celes, madre de José Miguel Etxeberria "Naparra", desaparecido en 1980 después de ser secuestrado por el Batallón Vasco Español.

Y hoy en días jodidos me acuerdo de todos ellos y recuerdo también que en ninguno de los casos nadie resultó detenido o condenado. Ahora que está de moda contar muertos, el Estado Español debería contar y reparar todo el daño que con la represión hicieron en Euskalerria.