viernes, 13 de julio de 2012

Subida de impuestos. ¿Hasta donde van a llegar?


Brumoso el ideal, la carne inerte...
Para otros dieron lana las vicuñas...
En este invierno -macho de la muerte-
¡cuántos nos hemos de comer las uñas!

Tres meses de hospital a leche cruda
o terminar mendigo y en muletas.
¡Hoy esta noche dormirás desnuda
 mientras se mueren de hambre los poetas!

Se cuentan casos extraordinarios
 de los que el frío flageló siniestro;
con estos casos se hacen hoy los diarios.
¡Tal vez mañana se refiera al nuestro!

Hoy cuando me dirigía al apartado de toros de Pamplona, a fotografiar a los famosete de medio pelo y después de cagarme en Dios por la subibita del IVA y los demás desajustes que nos quieren imponer, he visto esta poesía que estaba escrita en los vallados del encierro. Demasiado profunda para que se le ocurra hasta a un espectador concienciado mientras espera la carrera. He mirado en internet y es obre de Vicente Rosales y Rosales, poeta salvadoreño, de tierra de estrecheces, maltrato al obrero, revoluciones populares a la que conozco y quiero, el primer país en el que me instalé en mi primer encuentro con Latinoamérica.

Y la frase ya no tiene sentido solo en El Salvador. Se puede aplicar a lo que estamos viviendo aquí. Una variante poética del "Cuando las barbas de tu vecino veas pelar...", el anuncio de unos tiempos funestos, donde vamos a ver hasta donde llega el ser humano, tanto para lo bueno como para lo malo.

(Llevaba 3 días con esta entrada en la parrilla de salida y es que en Sanfermines y con cansancio acumulado, todo se amontona).

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