Ya se acabaron los Sanfermines con los encierros más anodinos de los últimos años. A falta de cornadas, toros sueltos y emoción, lo mejor de este año, lo mejor de los encierros casi siempre, es compartir un rato con los colegas de profesión, contarnos nuestras cosas, sacar a colación lo mal que está todo y reírnos con chistes y ocurrencias. El día 12 Iñigo Úriz nos sorprendió utilizando una lata de cerveza a modo de trípode para aguantar la segunda cámara que tenía a ras de suelo. Se jugó el objetivo para hacer una buena foto que casi nunca sale. Después de mirar un rato a su alrededor chafó la lata y apoyó la cámara. Todo un recurso de este "fotógrafo-MacGyver-sanferminero".
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